Karina Barco
(Lima, Peru)
Es un día cualquiera, un día en que hace frío, el viento sopla fuerte y el dolor se torna más intenso; sin embargo, ese viernes no iba a hacer uno más para Nicolás; pareciera que el amor y el destino se hubieran entrelazado para jugar un rato con sus heridos corazones.
Camila estaba ahí sentada a su costado, no podía dejar de contemplar aquel rostro, se apresuro a invitarle un cigarro y la conversación empezó. Sin darse cuenta el tiempo se hizo corto.
Camila, parecía como si en todo ese tiempo sus labios hubiera esperado para pronunciar su nombre; pero ¿quién era ella?, todo lo que alguna ves quiso saber, sus lagrimas lo dijeron todo; Camila esa niña queriendo se mujer, Camila esa leona ensangrentada pero dispuesta a seguir luchando, ese rostro que emociona al ser más duro: ella tenía algo que muy pocas personas tienen, tenía el don de tener un defecto, tenía la suerte de tener una enfermedad.
Pero Dios fue maravilloso, para contrarrestar su mal le regalo un corazón con la capacidad de amar como ningún otro ser que alguien pudiera contar. Alguna vez Nicolás escuchó “que todos la miraban por sus tics”, pero Camila no solo era eso, era más que un tic, era un milagro de la naturaleza. Poco a poco fue enamorándose de ella, de esa pequeña herida por la vida, golpeada, no dela Camila del tics, de la niña queriendo ser mujer que luchaba cada día, cada minuto cada hora, contra la vida, contra los retos, y sobre todo contra su propia enfermedad. ¿Alguna vez pensó en la mujer perfecta? Nunca soñó con ella y sin embargo ya estaba allí sentada a su costado, llorando su dolor, sus miedos; llorando sus frustración contra un mundo vacío lleno de prejuicios. Nicolás apretó su manso, la abrazo, no era un abrazo cualquiera al menos así lo sintió Camila.
Era un abrazo en donde parte del alma se queda contigo; era un abrazo en el que sientes que el propio Dios te mandó un ángel para consolar tanto dolor. Entonces todo el dolor que había en su alma desapareció llenándola de calma.
Sin embargo quién era Nicolás, nombre de galán de telenovela.
Nicolás el chico que lo tenía todo, el hijo de un prestigioso empresario, Nicolás el chico que por años alimento su alma con drogas, Nicolás el chico golpeado por una desgracia familiar, el corazón cansado de tanto; ése era Nicolás.
Todo estaba a su favor, al mismo tiempo todo estaba en su contra; pero el amor estaba allí en el aire y no podían dejarlo pasar.
A veces el amor se presenta de distintas maneras solo es cuestión de saber leer entre líneas. Camila había encontrado a la persona que nunca se cansó de esperar, encontró a aquel que respete sus silencios y le saque una sonrisa.
Nicolás por su parte encontró a Camila esa maravillosa mujer; la pequeña que calme sus dudas y venza sus miedos solo con un beso. Recorrieron juntos las calles, con ese frío intenso que en ocasiones te recuerda las lágrimas que has derramado: podría recorrer las calles solo por que sé que estás en al ciudad, pronuncio Nicolás. Camila le respondió con un beso, un beso suave, un beso dulce, un beso lleno de amor y ternura, un beso como queriéndose escapar y meterse entre sus almas.
Camila y Nicolás se casaron un Viernes de Septiembre después de haber vencido muchas batallas, se casaron un día diferente al que se conocieron, era primavera y el sol estaba allí queriendo salir tan solo para iluminarlos con su presencia.
Sabían que le esperaba guerras muy difíciles pero se tenían ambos y cuando dos corazones se juntan no hay fuerza que pueda separarlos, pues no hay fuerza mayor que el amor, y Nicolás tenía la suerte de que Camila tuviera un don, tenía el don de tener un defecto.
karinabarco@hotmail.com
Publicado originalmente no blog Mis Tics
Nenhum comentário:
Postar um comentário