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quarta-feira, 11 de abril de 2012

3 MINUTOS DE LIBERTAD

Luis Lehman
(Buenos Aires, Argentina)


Todos los días por la mañana cuando despierto, son tres los minutos durante los cuales, quizá porque todavía estoy dormido y mi cerebro también, me siento libre de todo, de pensamientos, emociones, y sobre todo… del Síndrome. Los primeros tres minutos al abrir los ojos, es como haber nacido de nuevo.

Siento lo que sé que no voy a sentir nunca más durante el día:  que no tengo ganas de hacer tics. Es como si por ese breve lapso me regalaran un momento de paz, de quietud en las aguas del océano de la mente. Respiro hondo y fijo ese momento cual observando un paisaje increíblemente bello pintado en un cuadro, de un lugar al cual uno sabe que jamás podrá viajar. Guardo ese sentimiento como un recuerdo en lo profundo de mi alma, como quien guarda celosamente una joya en el lugar secreto y predilecto de su casa.

Porque sé, que en solo un momento, se comenzarán a agitar las aguas, y vendrán ellos, lo tics y lo pensamientos inevitables. Comienza el día y hay una única dirección hacia donde ir, y es  hacia adelante. Allí en el horizonte, me esperan los próximos tres minutos.

Pero mientras tanto, todo un día de vida, con sus desafíos, sus momentos buenos y momentos malos, que en definitiva solo nos demuestran una cosa muy simple pero a la vez importante: que estamos vivos.

Y si soy sincero tengo que aceptar que vivir con el Síndrome me enseñó muchas cosas, a tal punto que no sé si quisiera comenzar de nuevo sin Él. Porque viviendo así aprendí…

… que la vida está llena de adversidades, y que todas de alguna manera, pueden ser enfrentadas…

… que no existe una solución única para un mismo problema. Que si nos animamos podemos llegar a lo mismo que los demás, por otro camino…

… a sentir empatía y entender a todo aquél que todos los días sufre por algo que no puede sacarse de encima como un sombrero…

… a ser luchador, a ser de los valientes que se animan a superar barreras que todos dicen que son infranqueables…

Él ha sido no una tortura si no al final un gran maestro.

De todas formas, se que voy a esperar a mis próximos tres minutos, y los voy a disfrutar como nadie, porque se que nadie mejor que yo sabe cuanto valen.


Luis Lehmann é médico especialista em diagnóstico por imagem, portador de ST e editor do blog Mis Tics

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